SEMBLANZA.
*** En un valle, de inhóspitas praderas, hay un árbol atávico y desnudo, ya no tiene el follaje de otras eras, y aún resiste el huracán ceñudo. *** Y sus frágiles ramas se parecen a fantasmas que vagan en las nieblas: que en las sombras se ocultan y aparecen a la luz de la luna en las tinieblas. *** Yo también, como el árbol aludido, sobrevivo a los golpes del pasado; de lo cruento, nefasto y pervertido. *** Y aquí voy, cabizbajo y desgarbado, soportando los años que he vivido, como ese árbol, sediento y deshojado.