ESPÉRAME.
que, por fin, llegará el soñado día
que el destino nos una en cofradía,
en un beso de amor cada mañana.
Son tus ojos la estrella soberana
que ilumina mi senda oscura y fría,
y colma de ansiedad y de armonía
mi pobre corazón, que se engalana.
No desmayo, y abrigo la esperanza
de que un día, en remota lontananza,
un edén hallarán nuestros amores.
Nunca es tarde, y espero aquel momento
que termine, por siempre, mi tormento,
mi quebranto y también mis sinsabores.
LISTO
ResponderEliminar