El CAMINO DE LA VIDA


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Cuando entramos al circo de la vida
de la mano de Dios, por vez primera,
el orbe es un paisaje de quimera,
 que vemos con enfática emoción;
y todo lo que se abre a nuestros ojos
es extraño, curioso y divertido, 
mas siempre quedará en nuestros sentidos
su recuerdo, con gran admiración.
xx
De esa historia, al paso de los años,
solo quedan las muertas ilusiones,
que añoraron sufridos corazones.
¿Para qué vanidad y ostentación?
¿Si al final no hay ninguna diferencia?...
Porque todos allí somos iguales,
y terminan las glorias y los males
de esta vida, que todo es ilusión.
xx
Cuando ya el corazón esté cansado,
y se acerque la amarga despedida,
no pidamos limosnas a la vida;
porque ya terminó nuestra misión
por la senda difusa de este mundo.
Ese día, al final de nuestros pasos,
ya no habrá más tormentos ni fracasos:
Nuestras penas tendrán su redención.


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